martes, 23 de diciembre de 2008

Hay pa to el que entre

Pues hoy me he levantado con el humor torcido, a parte de pronto. Entre compras que hacer, vueltas y vueltas a Salamanca (odio esa carretera) y copas que seguramente no me podré tomar, el día iba tomando su infausto rumbo. A eso, hay que añadirle:

  • Que el Papa pide proteger a la Humanidad de las conductas gayers y transexuales en lugar de pedir protegernos de sí mismo y de su secta.
  • Que Kiko dice que el futuro de la sociedad pasa por la familia cristiana con lo cual de mi familia yo estaré al margen del futuro. Cachis.
  • Que Burkina Faso y Brasil son los únicos países donde no se veta la adopción a homosexuales.
  • Que en un alarde de corporativismo never seen, los jueces dudan entre los 1.500 euretes o algo más.
  • Que el (de nuevo) juez Calamita a lo mejor se libra de una de sus muchas condenas de bombero torero. Valiente bigotudo que demuestra que para entrar a ser juez, vale sólo con estudiar años y años. Digo sólo, porque se puede ser un auténtico cateto a babor, machista, homófobo, ultrasectario y, eso sí, una gran capacidad para hincar codos, para ponerte a legislar, a mover la balanza y a joder vidas. Da alivio saber que en algún momento podremos ponernos en manos de gente así.
Así pues, un día cojonudo. Lo único que me falta es que me llegue una multa por ir a 74 km/h por los túneles de la M-30 o que la báscula me diga de nuevo que en lugar de 45 minutos, tenga que darle una hora a la cinta.

En fin, bienventurados vosotros los que disfrutéis de estas, tan señaladas fiestas, porque lo que es hoy, yo paso. Y enhorabuena a Cristhian, porque a mi hermano chileno le ha tocado el gordo de la lotería, pero no el de Navidad, sino el de la Niña.

2 comentarios:

Perico dijo...

Un rayito de sol: Calamita jódete

Matallana dijo...

Bueno, he aprendido que para poder sobrevivir a nuestro dia a dia conviene separar unas cosas y otras, ahogar los cabreos en soluciones, y aprender a disfrutar de los pequeños maravillosos (o casi) momentos donde quiera que aparezcan. Tambi´n que a veces hay que hacer un esfuercito para crear los dichosos momentos de dicha... Así que, conduce con cuidado y disfruta tú también, que seguro que sabes.
(Y sí, denunciar esas realidades también es necesario.)
Os quiero
María